Los funcionarios occidentales hablan cada vez más sobre el uso de restricciones comerciales por parte de Beijing en disputas políticas.
Hiroshima, Japón – El Liga de los Siete se comprometió a trabajar juntos para contrarrestar la coerción económica en medio de un «aumento inquietante» en los países traficantes de armas.
Los funcionarios occidentales se han vuelto cada vez más elocuentes sobre el uso de restricciones comerciales por parte de Beijing en disputas políticas.
En un comunicado emitido el sábado, el segundo día de la cumbre del G7 en Hiroshima, Japón, los líderes del G7 dijeron que aumentarían la resiliencia económica y la seguridad «al someter las vulnerabilidades y contrarrestar las prácticas malignas que las explotan y las refuerzan».
«El mundo se ha antitético con un aumento inquietante en los casos de coerción económica que buscan explotar las vulnerabilidades y dependencias económicas y socavar las políticas y posiciones internas y externas de los miembros del G7, así como de socios en todo el mundo», dijeron.
«Trabajaremos juntos para certificar que los intentos de pertrechar las dependencias económicas al imponer a los miembros del G7 y a nuestros socios, incluidas las pequeñas economías, a cumplir y conformarse fracasen y tengan consecuencias».
El uso de China de medidas comerciales punitivas ha sido uno de los temas observados de cerca en la cumbre del G7, en medio de llamados a una argumento coordinada para hacer retroceder a Beijing.
Japón, Corea del Sur, Australia y Lituania se han pasado afectados por restricciones comerciales en los últimos primaveras luego de disputas con Beijing sobre temas que van desde los orígenes de la pandemia de COVID-19 hasta Taiwán.
El comunicado del G7 esbozó una táctica para sus relaciones con China.
“No nos desconectamos ni nos volvemos en dirección a adentro. Al mismo tiempo, reconocemos que la resiliencia económica requiere marcha de riesgos y diversificación”, dice. «Una China en promoción que se rija por las reglas internacionales sería de interés mundial».
El martes, el embajador de Estados Unidos en Japón, Rahm Emanuel, dijo que el G7 estaba «desarrollando las herramientas para disuadir y defenderse de la intimidación económica y las represalias de China».
La ex primera ministra británica Liz Truss pidió la creación de una «OTAN económica» a principios de este año y dijo que la comunidad internacional debería estar directorio para implementar duras sanciones contra China si Beijing toma medidas agresivas contra el autogobierno de Taiwán.
Se ha pasado que Japón y los miembros europeos dudan más en antagonizar a Beijing que Estados Unidos conveniente a su gran dependencia del comercio chino.