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El terremoto golpeó el norte de Siria, devastado por la guerra.

El lunes por la mañana, los sirios del ideal del país, devastado por la pleito, se despertaron con escenas que les habían sido familiares durante abriles: edificios derrumbados y personas sacadas de entre los escombros.

El terremoto de magnitud 7,8, centrado en el sureste de Turquía pero que se sintió tan allá como Israel y Chipre, trajo nuevos y dolorosos saludos de la pleito civil de Siria.

Gran parte de Siria aún muestra las cicatrices del conflicto, que se encuentra en un frágil parada el fuego desde principios de 2020. Delante las sanciones, la desatiendo de ayuda para la reconstrucción de los donantes internacionales y su propia hacienda en ruinas, la reconstrucción ha sido fragmentaria y limitada.

La tensión de la pleito (destrucción masiva, una crisis económica aguda, el colapso de una moneda) hará que sea aún más difícil para todas las partes contestar al terremoto.

Al menos 237 sirios murieron y 639 resultaron heridos en Alepo, Hama, Latakia y Tartous, según el Ocupación de Vigor sirio.

Alepo, la ciudad más espacioso del país, es una sombra de lo que era antaño, empañada por cortes de energía, una crisis de combustible y un parada desempleo.

Las cifras del gobierno no incluyen el extremo noroeste de Siria, que está bajo el control de la concurso respaldada por Turquía. Allí, Cascos Blancos, el familia de defensa civil que opera en zonas fuera del control oficial, reportó decenas de muertos y declaró el estado de emergencia. La región alberga a rodeando de 4,2 millones de personas, más de la medio de las cuales han sido desplazadas de otras partes del país durante la pleito, y muchas viven en grandes campamentos de tiendas de campaña.

“La ordenamiento hace un llamado a la comunidad internacional para que asuma su responsabilidad delante este desastre y tome medidas de emergencia para evitar que la situación empeore”, dijeron los Cascos Blancos en un comunicado el lunes por la mañana. “Todavía insta a la comunidad internacional a apoyar el rescate de civiles en Siria y presionar al régimen de Assad y sus aliados rusos para certificar que no haya bombardeos en las áreas afectadas”.

En los primeros abriles del conflicto, los miembros de los Cascos Blancos fueron capacitados en operaciones de rescate por equipos de rescate turcos que habían perfeccionado sus embarcaciones para contestar a los terremotos.

Los Cascos Blancos usaron ese conocimiento para rescatar a sirios atrapados adentro de edificios derribados por ataques aéreos y bombas de barril lanzadas por el gobierno sirio y Rusia.

En la provincia de Idlib, inmediato a Alepo, un hospital apoyado por la Sociedad Médica Siria Estadounidense resultó dañado y tuvo que ser evacuado.

El gobierno de Assad ha estado tan corto de cuartos en los últimos abriles que ha obligado a los empresarios adinerados a ayudar a financiar los salarios y servicios del gobierno.

El PIB de Siria se redujo en más de la medio entre 2010 y 2020, según el Cárcel Mundial. Siria fue reclasificada como país de bajos ingresos en 2018 oportuno a la disminución masiva del ingreso franquista bruto del país. Luego, la pandemia de coronavirus golpeó en 2020, causando más dolor crematístico y poniendo a prueba el sistema de vitalidad del país.

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