El dron no tripulado MQ-9 Reaper es un componente permanente de la flota aérea marcial de EE. UU. y se utiliza tanto para vigilancia como para ataque.
El dron puede alcanzar velocidades de hasta 275 millas por hora y pirarse a una cota de 50,000 pies. Está diseñado para misiones largas, con algunos modelos capaces de pirarse hasta 34 horas, según su fabricante, Universal Atomics Aeronautical Systems, Inc., con sede en California.
Si proporcionadamente el Reaper puede exhalar bombas y disparar misiles, su herido velocidad y la desliz de armas defensivas lo hacen relativamente practicable de derribar.
El MQ-9 Reaper es una interpretación más nueva y más espacioso del dron MQ-1 Predator que la Fuerza Aérea de EE. UU. usó hasta 2018. Los segadores son más rápidos, tienen mejores sensores y pueden transportar más municiones, según un comunicado de la Fuerza Aérea de EE. UU. La Fuerza Aérea ha pagado la friolera de 32 millones de dólares por uno de ellos.
Los drones Reaper están equipados con sensores visuales y cámaras que los hacen efectivos para la vigilancia. Son pilotados de forma remota por un equipo de pilotos y operadores de sensores en tierra, a menudo remotamente del propio dron. Un piloto controla el despegue, la ruta de planeo y el aterrizaje, mientras que los operadores de sensores controlan cámaras y equipos de vigilancia.
Estados Unidos ha utilizado drones en Afganistán, Irak y Siria. Si proporcionadamente su uso en ataques en los que murieron civiles ha generado críticas, los defensores de los drones han argumentado que su capacidad para alcanzar objetivos con precisión minimiza los daños colaterales.
El uso de drones por parte de Estados Unidos en el espacio etéreo de otros países asimismo ha creado tensiones sobre la soberanía.